La resaca del clásico, correspondiente al partido de ida de cuartos de final de la Copa del Rey, ha dejado sin lugar a duda dos antagonistas: Pepe y Mourinho, por este orden. Ambos han aglutinado la inmensa mayoría de las críticas provenientes de la prensa madridista, ahora bien, ¿habrían existido dichas críticas si el Madrid hubiese sabido conservar la renta de un gol conseguida en los primeros minutos de partido? Seguramente no. Relaño trataría de tapar las salvajadas de Pepe tirando de archivo, justificaría a Mou dando a entender que el Barça es superior, y trataría de desviar la atención como acostumbra a hacer. Roncero, Miguel Serrano, Guasch, Siro y compañía, no sólo justificarían a Mourinho y a Pepe, si no que les ensalzarían. No es la primera, ni la segunda vez que el técnico luso plantea un partido de esta manera, y tampoco Pepe es pionero en cometer salvajadas.
Mourinho, con su implacable discurso, supo meterse al madridismo fácilmente en el bolsillo desde el principio. Todo lo que rodea al club, prensa y afición incluídas, se ha visto envuelto por un pragmatismo absoluto, todo vale con tal de ganar al Barça. En la llegada del autobús del Madrid a su estadio, hubo aficionados que a Pepe le pedían "carnicería". A Iniesta, héroe indiscutible del pasado Mundial, le dedicaron un agradecido "Iniesta muérete" cuando fue sustituído en el pasado clásico de Liga. Dirán que son "cuatro" y no seré yo quien lo niegue pero, ¿cuántos madridistas estarían criticando hoy a Xabi, a Pepe, o al que sea, si alguno de ellos hubiese lesionado a Messi por unos meses? ¿Cuántos madridistas, de los que hoy claman contra Mou y su planteamiento, estarían fascinados y elogiándole desmesuradamente si el Madrid hubiese conservado su renta?