Voy a comenzar esta reflexión tras haber conocido, vía sportyou, la conversación que mantuvieron en Dubai Sandro Rosell y Fabio Capello en plena conferencia internacional.
Como primera gran perla nos encontramos con que Rosell, hablando sobre las numerosas lesiones que afectan a los jugadores profesionales en los partidos internacionales con sus selecciones, le quiso dar a entender a Capello que ese riesgo disminuiría si se redujese el número de jugadores extranjeros en las plantillas. Posteriormente el italiano le preguntó a Rosell que cuántos extranjeros poseía en sus filas el Barça, a lo cual el nada más y nada menos Presidente del Barça respondió: "tanto en el primer equipo como en el filial el porcentaje está entre el 80 y el 90 por cierto. La cifra pareció tan irrisoria que Capello le pidió una aclaración: “Extranjeros comunitarios o extranjeros extracomunitarios”. A lo cual, Rosell respondió con su desparpajo habitual: “Extranjeros extracatalanes”. Tras unos instantes de incredulidad en la conferencia Capello, haciendo gala de su sentido del humor, le espetó: “¿Extracatalanes? Ése es un nuevo estatus, ¿no? ¿Hace mucho que lo ha aprobado la FIFA?”.
En primer lugar, haciendo una valoración de la "primera perla", he de decir que no por tener menos jugadores extranjeros tienes menos riesgo de lesión. Es algo que me parece tan lógico, que parece absurdo explicarlo, máxime cuando el Señor Rosell preside un club que presta ocho jugadores titulares a su selección nacional. ¿Qué pasa? ¿Que los jugadores cuando juegan con la selección española tienen menos riesgo de lesión? En este apartado Sandrusco se retrata doblemente, porque precisamente ha sido Puyol el que ha caído lesionado esta semana con su selección regional, la catalana. Lo que aumenta el riesgo de lesiones en una plantilla Señor Rosell, no es el número de extranjeros, sino el número de jugadores internaciones en nómina. En cuanto a la segunda, creo que soban las palabras; Capello, un entrenador con muchos defectos pero que tonto no es, le deja prácticamente a altura del betún. Durante los últimos siete años, Laporta, un presidente excéntrico donde los haya, ha dedicado mucha parte de su tiempo a exportar por el mundo la imagen de Cataluña, a la cual el propio Joan y gran parte de su población consideran su patria. No es extraño recordar a Laporta en Escocia o en Estados Unidos explicar el porqué de esta idea, con unos argumentos que unos comparten, otros no, pero que prácticamente todos conocemos y entendemos. En los siete años de mandato no recuerdo a nadie reírse en su cara ante una de sus explicaciones, claro que no es lo mismo argumentar porqué una región debe ser o no independiente, que llamar extranjeros públicamente a jugadores de tu plantilla como Villa, Pedro, Iniesta, etc. Evidentemente no sé el nivel de patriotismo de estos tres jugadores, ni siquiera sé si consideran a España su patria, pero lo que sí que sé es que esta teoría sectaria y racista de Rosell, choca con la política integradora de Laporta, el cual recomendaba a los jugadores aprender catalán y bla bla bla, pero les hacía sentir parte de su llamada "cultura catalana". Todos conocemos casos como el de Luis Enrique, Abelardo, Quini, Beguiristáin, el propio Iniesta, que públicamente se considera medio catalán, etc, etc, etc. Uno puede estar a favor o en contra de los nacionalismos, de las patrias, o de Laporta, pero creo que la diferencia es visible. La prueba evidente de esta teoría, además del porqué he tildado la política de Rosell de sectaria y racista apunta directamente al fútbol base. Desde este año, alegando una "profesionalización del fútbol base", queda prohibida la entrada a las categorías inferiores del Fútbol Club Barcelona a todos aquellos niños no catalanes hasta la edad, si no recuerdo mal, de cadetes. El argumento del Señor Rosell y de su junta reside en que es contraproducente separar a los niños de sus padres a tan temprana edad. Este razonamiento me parece por este orden estúpido, sectario y racista.
Me parece estúpido porque para ser grande en el fútbol tienes que saber sufrir. No lo digo yo, lo dice Maradona, lo dice Ronaldo, Rivaldo, Cristiano, etc. Todos ellos han sido jóvenes que han sufrido penurias en su infancia y que se separaron muy jóvenes de sus familias. En caso de que a Rosell no le llegue la vista tan lejos, tiene en casa los ejemplos de Iniesta y Messi. Dos de los tres mejores jugadores del mundo que se les separó de sus familias con once y trece años, ¿qué opinarán ambos de esta nueva norma? Y lo que es más importante, ¿serían igual de buenos jugadores si no se les hubiese enseñado en el Barça desde niños? La mayoría de los grandes han sufrido y mucho en su infancia y adolescencia. Casos como el de Xavi y el de Raúl son poco comunes.
Me parece sectaria porque no entiendo por qué tienen que ser catalanes. Geográficamente hablando esta teoría se desmonta por sí sola, ya que hay zonas en Aragón más cercanas a Barcelona que en la propia Cataluña.
Y tercero y más grave de todo, me parece una norma racista. Rosell alega bien asesorado que los niños del centro de África crecen antes que los Europa, pero quien le dice a Rosell que no hay niños en Cataluña que se desarrollan antes que otros niños también catalanes. Todos hemos visto jugar en alevines e infantiles a chavales enormes, incluso con barba, y de raza blanca. Que luego en categorías superiores se igualan las fuerzas y los grandotes ya no sirven, pues no pasa nada. ¿Pero si sí que sirviesen? ¿Qué haríamos entonces? Yo personalmente he visto a chavales cameruneses, de los de la fundación de Eto'o, hacer maravillas con un balón. Que lleguen o no lo dirá el tiempo, pero yo apostaría a que más de uno llega. No entiendo la razón de rechazar el físico africano, pudiéndoles pulir técnica y tácticamente desde niños.
El tiempo dará y quitará razones, pero de momento Rosell lo que ha hecho ha sido:
- Echar a Cruyff, imagen y causa primera del origen de este mega-Barça.
- Fichar a Adriano por diez millones de euros. Por Maxwell, suplente del lateral izquierdo, Laporta pagó cuatro.
- Fichar a Mascherano, gran jugador, por 22 millones de euros. Laporta pagó quince por Keita, el otro recambio del centro del campo.
- Malvender a Chigrynski con la oposición del entrenador.
- Poner patricinio en las camisetas, tema cuanto menos discutible para una súper entidad que genera entre 400 y 500 millones de euros al año.
- No saber resolver, y ni siquiera comparecer ante los medios y ante los aficionados, tras el desastre del viaje a Pamplona cuando tuvo lugar la huelga de los controladores, dejándole cargar al entrenador con todo el "marrón". No hace falta decir que esto con Laporta no hubiese pasado.
- El ya comentado tema de la Masía.
- No saber fichar a la gran petición de tu entrenador el pasado verano, Cesc Fábregas. Esto con Laporta...
En definitiva y desde mi punto de vista, Rosell ha hecho pocas cosas y todas mal. Personalmente me conformo con que no destroce la obra de arte que creó Joan Laporta durante siete años y que llevó al Barcelona a convertirse en el espejo del mundo. La única elección inteligente y razonable que ha tomado Rosell dada su incapacidad es la de dejar a Guardiola como presidente en funciones. Si seguimos así, y con la estructura heredada de la anterior junta, el Barça puede seguir siendo la referencia mundial durante los próximos años. Sandrusco, Sandrusco, el día que hagas algo bien, ...